LA CABRERA


Nuestro Medio Natural

MEDIO NATURAL


Un destino natural para
descubrir y disfrutar

Entre montañas de granito y valles atravesados por arroyos, La Cabrera ofrece un paisaje único donde conviven encinas, robles y fresnos con especies singulares como el alcornoque o el madroño. Un patrimonio natural que invita a disfrutar del senderismo, la escalada y la riqueza paisajística de la Sierra Norte de Madrid.

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Un destino natural para descubrir y disfrutar


Entre montañas de granito y valles atravesados por arroyos, La Cabrera ofrece un paisaje único donde conviven encinas, robles y fresnos con especies singulares como el alcornoque o el madroño. Un patrimonio natural que invita a disfrutar del senderismo, la escalada y la riqueza paisajística de la Sierra Norte de Madrid.


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El Medio Natural de La Cabrera


La Cabrera se sitúa en la Sierra Norte de Madrid, dentro del Sistema Central, y constituye un enclave privilegiado por la riqueza de su entorno natural. Su paisaje está dominado por la Sierra de La Cabrera, una alineación montañosa de gran valor geológico formada principalmente por granitos paleozoicos. Entre sus cumbres más emblemáticas destacan el Cancho Gordo (1.563 m) y el Pico de la Miel (1.391 m), ambos referentes para senderistas, escaladores y amantes de la naturaleza.

El relieve combina zonas de alta montaña con llanuras rocosas y valles por donde discurren pequeños arroyos que nutren la cuenca del Jarama y, en última instancia, la del Tajo. En cuanto al clima, La Cabrera se encuentra en una zona de clima mediterráneo, caracterizado por veranos secos y calurosos. Al situarnos en montaña, la altitud provoca un descenso de la temperatura y aumento de la precipitación, lo que le acerca a climas atlánticos. Esto permite que en La Cabrera, además de encinares típicamente mediterráneos, haya robledales semejantes a los de zonas más atlánticas. Una particularidad es que su aparición en La Cabrera está invertida: si lo normal es que los encinares dominen en zonas bajas hasta 1000m de altitud y los robledales se sitúen por encima, aquí los encinares abundan en la ladera sur de la sierra, mientras que los robledales ocupan las navas y depresiones al pie. Esto es debido a que las solanas son más secas, por lo que aquí los robles prefieren las zonas bajas donde se acumula mayor humedad. A ello se suman bosques de ribera en los cauces y manantiales, lo que genera una gran diversidad de ambientes en un territorio relativamente reducido.


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Flora y Vegetación


El patrimonio arbóreo de La Cabrera es amplio y diverso, reflejo de esa transición entre ecosistemas. A lo largo del municipio pueden encontrarse bosques naturales, ejemplares aislados de gran valor, especies cultivadas tradicionalmente y árboles introducidos con fines ornamentales o de repoblación forestal.

Entre las especies autóctonas destacan los robles rebollo, las encinas, los fresnos, los enebros, los sauces y los álamos temblones. A ellos se suman especies más escasas o protegidas en la Comunidad de Madrid como el alcornoque, el tejo, el madroño, la sabina albar o el cerezo silvestre. También existen híbridos naturales, como los mestos, resultado de la combinación entre encinas y alcornoques. El ser humano ha contribuido a enriquecer este patrimonio mediante plantaciones de pinos (piñonero, resinero, albar) y otras especies de repoblación, además de introducir árboles de carácter ornamental en calles, parques y jardines. Ejemplos notables se encuentran en el entorno del Convento de San Antonio, que se ha convertido en un auténtico arboreto gracias a la gran diversidad de especies que alberga.

NOTA: imágenes pertenecientes al documento Árboles de La Cabrera que más abajo se muestra y al que se puede acceder haciendo clic en él.

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Conservación y Gestión


La riqueza arbórea de La Cabrera no está exenta de amenazas. Algunas especies cuentan con distintos niveles de protección legal, tanto a nivel autonómico como nacional y europeo. Es el caso del tejo, el acebo, la sabina albar o el maíllo, que figuran en catálogos de flora protegida. Otros árboles singulares, como el tilo del Reajo de la Encerrada, han sido incorporados a listados oficiales por su valor excepcional.

Junto a la protección, también es necesario actuar frente a especies exóticas invasoras que se han naturalizado en la zona, como el ailanto o la hierba de la pampa, que desplazan a la vegetación autóctona.

La conservación incluye, además, la valoración de los árboles viejos, que aunque puedan presentar deterioro, resultan fundamentales como refugio de aves, insectos, hongos y líquenes, y son indicadores de la naturalidad de los bosques.

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Conservación y Gestión

La riqueza arbórea de La Cabrera no está exenta de amenazas. Algunas especies cuentan con distintos niveles de protección legal, tanto a nivel autonómico como nacional y europeo. Es el caso del tejo, el acebo, la sabina albar o el maíllo, que figuran en catálogos de flora protegida. Otros árboles singulares, como el tilo del Reajo de la Encerrada, han sido incorporados a listados oficiales por su valor excepcional.

Junto a la protección, también es necesario actuar frente a especies exóticas invasoras que se han naturalizado en la zona, como el ailanto o la hierba de la pampa, que desplazan a la vegetación autóctona.

La conservación incluye, además, la valoración de los árboles viejos, que aunque puedan presentar deterioro, resultan fundamentales como refugio de aves, insectos, hongos y líquenes, y son indicadores de la naturalidad de los bosques.

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Conservación y Gestión


La riqueza arbórea de La Cabrera no está exenta de amenazas. Algunas especies cuentan con distintos niveles de protección legal, tanto a nivel autonómico como nacional y europeo. Es el caso del tejo, el acebo, la sabina albar o el maíllo, que figuran en catálogos de flora protegida. Otros árboles singulares, como el tilo del Reajo de la Encerrada, han sido incorporados a listados oficiales por su valor excepcional.

Junto a la protección, también es necesario actuar frente a especies exóticas invasoras que se han naturalizado en la zona, como el ailanto o la hierba de la pampa, que desplazan a la vegetación autóctona.

La conservación incluye, además, la valoración de los árboles viejos, que aunque puedan presentar deterioro, resultan fundamentales como refugio de aves, insectos, hongos y líquenes, y son indicadores de la naturalidad de los bosques.

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Conservación y Gestión

La riqueza arbórea de La Cabrera no está exenta de amenazas. Algunas especies cuentan con distintos niveles de protección legal, tanto a nivel autonómico como nacional y europeo. Es el caso del tejo, el acebo, la sabina albar o el maíllo, que figuran en catálogos de flora protegida. Otros árboles singulares, como el tilo del Reajo de la Encerrada, han sido incorporados a listados oficiales por su valor excepcional.

Junto a la protección, también es necesario actuar frente a especies exóticas invasoras que se han naturalizado en la zona, como el ailanto o la hierba de la pampa, que desplazan a la vegetación autóctona.

La conservación incluye, además, la valoración de los árboles viejos, que aunque puedan presentar deterioro, resultan fundamentales como refugio de aves, insectos, hongos y líquenes, y son indicadores de la naturalidad de los bosques.

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Valor Ecológico y Cultural


El conjunto de especies presentes en La Cabrera convierte al municipio en un espacio de gran valor ecológico, donde se encuentran representados ecosistemas mediterráneos y de montaña mediterránea, de transición a atlánticos. Pero su importancia no es solo ambiental: los árboles forman parte de la identidad cultural y paisajística del municipio, vinculados a usos tradicionales como la ganadería, la obtención de leñas o el cultivo de frutales.

Por todo ello, conocer y conservar los árboles de La Cabrera es una forma de proteger no solo la biodiversidad, sino también la memoria y la riqueza cultural de la zona.

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Árboles de La Cabrera:
un Catálogo Vivo

El documento Árboles de La Cabrera, realizado por Jorge Baonza Díaz, recoge un exhaustivo inventario de especies clasificadas por familias, desde las coníferas (cipreses, enebros, sabinas, pinos, abetos) hasta las angiospermas (encinas, robles, fresnos, almendros, cerezos, sauces, chopos, arces, tilos, olmos, etc.). De cada ejemplar estudiado, se ofrecen datos de localización, dimensiones y características singulares, aportando un conocimiento detallado de este valioso patrimonio.

En él se destacan tanto árboles de gran porte como especies más escasas que crecen en parajes concretos, así como ejemplares singulares situados en plazas, calles o fincas privadas. Esta mirada conjunta permite comprender cómo el paisaje arbóreo de La Cabrera es fruto de la interacción entre naturaleza y actividad humana a lo largo de los siglos.

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Árboles de La Cabrera:
un Catálogo Vivo


El documento Árboles de La Cabrera, realizado por Jorge Baonza Díaz, recoge un exhaustivo inventario de especies clasificadas por familias, desde las coníferas (cipreses, enebros, sabinas, pinos, abetos) hasta las angiospermas (encinas, robles, fresnos, almendros, cerezos, sauces, chopos, arces, tilos, olmos, etc.). De cada ejemplar estudiado, se ofrecen datos de localización, dimensiones y características singulares, aportando un conocimiento detallado de este valioso patrimonio.

En él se destacan tanto árboles de gran porte como especies más escasas que crecen en parajes concretos, así como ejemplares singulares situados en plazas, calles o fincas privadas. Esta mirada conjunta permite comprender cómo el paisaje arbóreo de La Cabrera es fruto de la interacción entre naturaleza y actividad humana a lo largo de los siglos.

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Árboles de La Cabrera: un Catálogo Vivo


El documento Árboles de La Cabrera, realizado por Jorge Baonza Díaz, recoge un exhaustivo inventario de especies clasificadas por familias, desde las coníferas (cipreses, enebros, sabinas, pinos, abetos) hasta las angiospermas (encinas, robles, fresnos, almendros, cerezos, sauces, chopos, arces, tilos, olmos, etc.). De cada ejemplar estudiado, se ofrecen datos de localización, dimensiones y características singulares, aportando un conocimiento detallado de este valioso patrimonio.

En él se destacan tanto árboles de gran porte como especies más escasas que crecen en parajes concretos, así como ejemplares singulares situados en plazas, calles o fincas privadas. Esta mirada conjunta permite comprender cómo el paisaje arbóreo de La Cabrera es fruto de la interacción entre naturaleza y actividad humana a lo largo de los siglos.

Si quieres profundizar en cada una de las especies presentes en el municipio, puedes acceder al documento completo haciendo clic en la imagen.

Si quieres explorar parajes naturales llenos de belleza y lugares sorprendentes, visita el espacio de Senderismo y Rutas de esta web y coge buenas ideas. ¡No te arrepentirás! 

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